Terapeuta Holística

Al igual que un alto porcentaje de la población mundial, pasando las 30 vueltas al sol, inicia un proceso de cambio físico, mental, hormonal, todo un combo que se convierte en la antesala de nuestra adultez.

El primer cambio que experimenté, luego de ser mamá, fue una condición cardiaca, que, a decir verdad, tardé varios meses para entender, no solo su nombre, sino también las repercusiones de su presencia… Taquicardia Supraventricular Paroxística. Luego de años de tratamiento y de espera para recibir un procedimiento llamado Ablación, me preparaba justo para los exámenes preoperatorios y, en medio de chequeos ordinarios de temas más femeninos, aparece un diagnóstico que cambió el rumbo de todo.

Un nuevo proceso tocó a mi puerta… cáncer de mama, lo que ninguna mujer quiere escuchar, pero el diagnóstico estaba dado y aunque mi mayor deseo era dejar de lado ese equipaje, la realidad es que mi única opción era afrontarlo con valentía, pedirle a mi Ser Superior su ayuda y guía para salir adelante.

Han pasado más de 10 años y la lucha física ha estado presente; sin embargo, ¡la batalla más crucial se ha dado en mi mente! Hoy puedo decir que, basada en mis creencias, ¡la gracia de Dios ha llegado cada mañana! Entender mi lucha, buscar recursos para fortalecer mi cuerpo, mente y espíritu, despedir a quienes se han adelantado y acompañar a los que en este mundo se han quedado sufriendo la pérdida me permite brindar una mano amiga a quien hoy se encuentra en medio de dificultad. Puedo comprobar que con compañía se alivianan las cargas.